Día 02/10/2010 - 11.38h
La ministra de Economía, Elena Salgado, acaba de lanzar un órdago a los organismos internacionales al asegurar que, tal y como ocurrió en 2009 y 2010, se acabará cumpliendo la previsión económica del Gobierno en materia de crecimiento, lo que supondrá que el Producto Interior Bruto (PIB) español aumentará un 1,3% el próximo año, 6 décimas por tanto por encima de los cálculos realizados por los organismos de previsión internacional.
Las palabras de Salgado obedecen a que, según ella, el hecho de que finalmente el crecimiento de España vaya a ser mayor del previsto hace que, de manera intrínseca, la rebaja de la calificación financiera de España no tenga demasiado fundamento ya que está sustentada en unas previsiones que finalmente no se van a cumplir.
Además Salgado ha lanzado un mensaje de tranquilidad a los bancos españoles en el marco de la discusión europea sobre la creación de un posible Fondo de Rescate Bancario. La tesis de la ministra es que, al ser una cuestión impositiva, los países europeos tendrán finalmente mucho margen de maniobra, a lo que añadió que en el caso español el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que se nutre de aportaciones de las propias entidades financieras, ya cubre casi todos los riesgos.
En todo caso la ministra explicó que la posición de España en este tema será de prudencia ya que la mayoría de los riesgos están cubiertos y, en todo caso, si se estableciera un nuevo impuesto sería una vez excluidos los depósitos y el capital pero, ante todo, “hay que evitar la doble imposición para garantizar que el capital vuelve a fluir a los mercados”.
El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el pasado 22 de junio.
Para el organismo supervisor la actividad se ha podido debilitar por la finalización de algunas de las medidas de estímulo y porque buena parte del consumo se anticipó a la subida del IVA , ya en vigor. Recuerda sobre todo el adelanto en la compra de coches tanto por la subida del IVA como por el final de las ayudas del Plan 2000E.
En lo que se refiere al desempleo, la institución que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez destaca la «moderación adicional» del aumento del paro. Mientras que en el segundo trimestre del año ese crecimiento interanual era del 12,6%, los datos de agosto ya reflejan un incremento del 9,4%. Asimismo, el Banco de España valora la «nueva moderación» del ritmo de destrucción de empleo entre abril y junio, aunque advierte de que el incremento del número de ocupados con respecto al trimestre anterior, producido por primera vez en casi dos años, podría ser estacional vinculado al período estival.
Más daño en los empleados temporales
El informe apunta que el ajuste del empleo volvió a recaer en mayor medida sobre los trabajadores temporales, pese a que su ritmo de retroceso se frenó sustancialmente. Según este documento, la última información disponible anticiparía un recorte adicional del porcentaje de empleos indefinidos para el tercer trimestre del año, si bien la evolución futura de ambos tipos de contratos «se verá posiblemente influida» por la entrada en vigor de la reforma laboral.
El número de desempleados aumentó en 33.000 personas en el segundo trimestre hasta los 4.645.500 parados, «lo que supone un incremento interanual de en torno a medio millón de parados». Sin embargo, añade que «la información más reciente, que llega hasta agosto, anticipa la prolongación de la senda de ralentización de aumento del paro registrado, con una tasa interanual del 9,4%».
Por otra parte, el organismo supervisor explica que en el segundo trimestre del año, la población activa experimentó un modesto avance en términos interanuales, tras dos trimestres con registros negativos, debido principalmente al aumento que se produjo en el colectivo de trabajadores nacionales, sobre todo hombres, donde la tasa de participación se elevó en cinco décimas. En el colectivo de extranjeros, los hombres mostraron un deterioro adicional de la actividad. Asimismo, detalla que entre abril y junio la ocupación experimentó un avance, que contrasta con los retrocesos de los últimos dos años. Aun así, advierte de que la tasa de crecimiento intertrimestral del empleo sería aún negativa si se eliminaran los efectos de calendario.
Priscila Ferraro
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